La semana larga llegó en el momento justo. Es que para el duelo contra Gimnasia y Tiro, programado para el miércoles 30 a las 21.30, aún queda margen y Juan Amador Sánchez quiere sacarle el jugo a la situación. "Nos viene perfecto para recuperar a los lesionados y mejorar en algunos aspectos", se sincera el entrenador, que sólo piensa en ganar de local. "Vamos a apuntar a eso, pero sin volvernos locos", confía.
La modalidad del trabajo no se altera. Sánchez prefiere hacer hincapié en lo táctico para seguir puliendo a un plantel que, de a poco, viene mejorando. "La idea también es no sobrecargar la parte física. Después tenemos muchos partidos seguidos y eso puede ser contraproducente", agrega el DT.
Justamente, este fin de semana sin competencia también será una bocanada de aire puro para cargar energías y tomar de impulso lo que se viene. Con el duelo contra el "albo" arrancará una seguidilla desgastante: San Martín jugará 8 partidos en 39 días (siete por el Argentino A y uno por Copa Argentina, el 6/11 con San Jorge, en La Ciudadela).
"Es fundamental", opina Martín Seri sobre la pausa que corta la acción, aunque aclara rápidamente. "En este club hay que ganar siempre. Más importante es encontrar la regularidad necesaria para pelear arriba".
La derrota contra Tiro Federal caló hondo. Nadie pensaba quedarse con las manos vacías. Pero claro, aquel "bendito" error arbitral dejó al "santo" sin nada y eso hace que los duelos en casa sean a cruciales. "Cuando vas de visitante, muchas veces te encontrás con árbitros localistas. Por eso es fundamental ganar acá; tenemos que hacer respetar nuestra casa", sostiene Gonzalo Cáceres.
"De todos los partidos saco conclusiones y apunto las cosas que hay que mejorar. Tenemos que seguir trabajando para poder encontrarnos con el nivel que todos deseamos", acepta Sánchez.
Será una semana atípica, sin fútbol el "finde". Igual, en Bolívar y Pellegrini nadie quiere relajarse. Saben que lo que viene es fundamental. "Primero volver a ganar de locales; después seguir creciendo", concluye Cáceres. Y vaya si tiene razón.